Hoy vamos a ver qué son los pensamientos negativos y cómo podemos calmarlo con nuestros hijos.
¿Qué son los pensamientos negativos?
A los pensamientos que nos asaltan y nos vienen de repente a la cabeza a largo de todo el día los llamamos pensamientos automáticos negativos.
Este tipo de pensamientos nos martillean con comentarios en vivo y en directo respecto de lo que está sucediendo y de lo que hacemos.
Tenemos estos pensamientos constantemente, y son muy importantes porque ejercen un efecto sobre lo que hacemos y sobre cómo nos sentimos.
Nuestros pensamientos automáticos negativos se relacionan con:
- Nuestra visión sobre nosotros mismos
- Nuestra forma de juzgar lo que hacemos
- Nuestra forma de ver lo que esperamos del futuro
¿Cómo calmar los pensamientos negativos de mi hijo?
Vamos a ver 3 pasos importantes para poder calmar los pensamientos negativos de nuestros hijos:
Normalizar su existencia.
Todas las personas tenemos pensamientos negativos. Son automáticos aparecen sin más. Nos asaltan de pronto, de forma involuntaria.
Esto ocurre porque forman parte del mecanismo evolutivo por el cual nuestro cerebro ha aprendido a sobrevivir: anticipa potenciales -que no reales- peligros con el fin de que actuemos para protegernos o evitar sus consecuencias negativas.
⇨ Explicarle a nuestro hijo que no sirve de nada exigirnos no tenerlos -intolerancia- ni culpabilizarnos por su existencia o contenido, pues su aparición es normal y escapa a nuestra voluntad y control.
Quitarle credibilidad al pensamiento negativo.
Los pensamientos negativos parecen verdaderos -da la impresión de que tienen sentido, y por esta razón los aceptamos como verdaderos sin pararnos a ponerlos en duda ni a cuestionarlos. Entonces capturan nuestra atención y cada vez les damos mayor credibilidad.
⇨ Nuestra única obligación con los pensamientos negativos es contradecirlos. Debemos reflejar a nuestros hijos que nuestros pensamientos negativos no son hechos ciertos, no reflejan una verdad absoluta.
Generar un pensamiento alternativo, constructivo y realista
Para ello un ejercicio muy beneficioso es tratar a los pensamientos negativos como hipótesis y ejercer nosotros el rol de investigadores que tratan de confirmar sus teorías.
Podemos ayudar a que nuestros hijos se planteen las siguientes cuestiones:
Análisis de validez
Se trata de determinar si un pensamiento es realista o no en función de la evidencia, pruebas objetivas que disponemos de la realidad, en función, por ejemplo de nuestra experiencia. Preguntas de interés:
– ¿Cuál es la probabilidad real de que pase lo que temo? ¿Cuántas veces me ha sucedido previamente? ¿ha sido tan malo?
– ¿Qué evidencia existe a favor de este pensamiento? ¿Qué datos tengo? ¿Qué pruebas tengo?
– ¿Qué evidencia existe en contra de este pensamiento? ¿Qué datos tengo? ¿Qué pruebas tengo?
– ¿Existen otras interpretaciones alternativas igualmente posibles/probables? ¿Qué evidencias encuentro a favor y en contra?
Análisis de utilidad
Consiste en comprender qué ventajas o inconvenientes tiene pensar de una determinada manera, especialmente, cuando tiene un efecto desfavorable/ incapacitante. Se puede profundizar analizando las ventajas o inconvenientes a corto, medio o largo plazo.
– ¿Para qué me sirve pensar así?
– ¿Me ayuda este pensamiento a conseguir mis objetivos y resolver mi problema?
– ¿Qué tipo de emoción y con qué intensidad de despierta debido a este pensamiento? ¿Me beneficia esta emoción?
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Un abrazo
Laura Ortega de la Torre
Terapeuta Ocupacional y Directora del centro
Terapia Ocupacional y Rehabilitación “amuleTO” en Granada
Nº Colegiación: 68 COPTOAND